
El siguiente estudio pretende ser no solo una descripción de lo que significa vivir en el cuerpo de Cristo en la tierra, sino que además tomar el lugar que nos corresponde en el cumplimiento del propósito de Dios, no como una organización religiosa más (por muy renovada que sea) sino como parte de la Iglesia Gloriosa y eterna la Nueva Jerusalén; la novia ataviada de lino fino y resplandeciente, que se está preparando para el amado que la viene a buscar; a la Iglesia de poder, llena del Espíritu Santo, Santa apartada, con una visión definida y concreta, refugio para los que a ella se acercan, una Iglesia con respuestas frente a un mundo que las exige, un pueblo de gente santa capaz de sostener al débil, amparar al huérfano y sustentar a las viudas, una Iglesia de Victoria y poder que sepa batallar correctamente frente a los enemigos de Dios ¿esa es la Iglesia en la que participamos? ¿Es esa la descripción de nuestra comunidad? ¿Tienes en tu mente y en tu espíritu esta claridad? Pues esa debiera ser la visión que debemos mantener por la fe, de lo que representamos aquí en la tierra, y no menos que eso.
Debemos vernos formando parte del cuerpo de Cristo en el mundo, como Iglesia en Concepción tenemos que tomar el lugar que nos corresponde, por el cual fuimos sacados de las tinieblas al Reino de la luz, formamos parte de la Iglesia universal, el cuerpo de Cristo, el que por la acción del Espíritu Santo está trayendo para este tiempo Gloria para su Iglesia, es pues necesario que esto ocurra.
Nosotros recibimos una revelación única y gloriosa, somos depositarios de ella, nunca nadie, desde la Iglesia primera, había recibido con tanta claridad, como en este tiempo, lo que significa formar parte de la Iglesia Gloriosa, organismo vivo, un cuerpo; edificio de piedras vivas unidas invisiblemente por el Espíritu Santo somos los pámpanos de Juan 15 donde Cristo es la vid verdadera y el Padre es el labrador.
En definitiva sino formamos parte de esta Iglesia no somos nada, no hay alternativas o pertenecemos, o no pertenecemos. Es decir, el diseño de la Iglesia, su funcionamiento, propósito y fin esta ya definido por Dios, el hombre a pesar de sus intentos, no va a crear nada nuevo, no va a poder formar iglesias paralelas ni organizaciones parecidas que tengan las características de gloria del cuerpo de Cristo, pues solo se puede vivir en ella y pertenecer a ella si pasamos a su Reino, muriendo para el mundo y resucitando con Cristo a su eterna Gloria.
El objetivo de este escrito es ayudarnos a entender, a creer y accionar en relación a esto. Es urgente, es prioritario, es trascendental que tomemos una decisión hoy de en donde nos conviene estar. Hoy más que nunca se oye resonar en nuestros espíritus y en nuestras mentes la gran comisión de Jesús que proclama (a su Iglesia)
Mateo 28:18-20.
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda Autoridad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Nuestra experiencia, vivencia y enseñanza a estado centrada principalmente en vivir en el Reino de Dios, sujetos al Señorío de Cristo, procurando vivir vidas santas, apartadas para la Gloria de Él, santificados y siendo ejemplo para otros de lo que significa ser personas que con sus vidas muestran a Cristo; es así que buscamos ser buenos esposos, padres, hijos, trabajadores; serviciales y amorosos, preocupados de los detalles, viviendo decorosamente;, personas que cumplen su palabra y cumplen con las leyes; oramos por las autoridades, pedimos por nuestros pastores, pagamos nuestros diezmos y damos nuestras ofrendas; si nos enfermamos vamos al médico y esperamos que el Señor nos sane, somos sufridos, hemos aprendido a no quejarnos a dolernos aferrados a la cruz del calvario sufrimos con nuestros hermanos que sufren y nos alegramos con los logros de otros; Procuramos estar en paz con todos, no somos polémicos, nos callamos cuando alguien dice algún exabrupto, somos tolerantes con los pequeños, llevamos vidas ordenadas sin grandes altibajos; oramos correctamente, sabemos bastante de biblia y podemos orientar correctamente a cualquiera que se nos acerque con alguna duda, inquietud o turbación, en general somos una congregación modelo en muchos aspectos a tal extremo, que vienen de otros lugares para ver como funcionamos y nos reconocen por eso; cantamos, alabamos, procurando hacerlo con la mayor calidad posible, nuestros cultos son muestra de todo esto que vivimos, agradecemos y reconocemos al Señor en su majestad y presencia en nuestras vidas.
La pregunta que surge ante esto es, ¿esto es todo? ¿Viviremos de esta forma hasta cuando Cristo venga?, ¿hay algo más fuera de esto?. ¿El Señor se contenta con esto? o está esperando de su cuerpo en la tierra una acción más definida en relación a sus propósitos.
Porque además de esta descripción tan excelente de cómo vivimos el Señorío de Cristo es innegable de que también hay dificultades que nos afectan y que en algunos casos son problemas abismantes, a tal punto que nos preguntamos ¿cómo es posible que hayamos llegado a esto?, como ejemplo de esto, me pregunto, como puede ser que en todo este tiempo no se hayan consolidado ministerios claros en el gobierno de la Iglesia, durante 40 años no se han levantado, ni reconocido otros hombres, fuera del ministerio apostólico de Cristian. Sabemos que son ministerios vitales para el funcionamiento, proyección y ordenamiento del cuerpo de Cristo, además vivimos encerrados entre cuatro paredes sin mensajes claros hacia un mundo que se pierde en una vida sin Cristo, da la impresión que no nos conocemos como iglesia, no sabemos de las necesidades de otros ni creamos instancias para conocernos (salvo excepciones), buscando servirnos con mayor fuerza y decisión.
Existen murmuraciones, quejas, estamos disconformes con lo que vivimos, somos expertos denunciadores pero no aportamos los medios para buscar cambiar o enderezar lo que consideramos esta torcido.
Estamos siendo liderados, y lo digo con temor al Señor y sin el ánimo de ser insujeto ni polémico, por personas en la que no se manifiesta claramente un liderazgo (salvo excepciones) definido en unidad, de un solo pensamiento, con objetivos comunes (esta es una realidad transversal a todas las comunidades); a pesar de que individualmente son vidas llenas del Señor y del conocimiento de la palabra de Amor y servicio, eso no lo podemos poner en duda, pero da la impresión que no hay acuerdo entre ellos, la sensación que cada pastor está más preocupado de los que están con ellos, olvidando que son Pastores de la Iglesia y no parte de ella, da la sensación de que no les interesa involucrarse con todo el cuerpo solo con una parte, como pueblo lo que esperamos de los que nos lideran es que tengan la capacidad de ver más allá de las circunstancias y problemas y accionen en relación a ello, en unidad, no individualmente. Aun se escucha la voz del Señor Jehová diciendo a Moisés en Éxodo 14:5
…“porque clamas a mi, di al pueblo que marche, extiende tu vara sobre el mar, divídelo para que pasen sobre lo seco”…,
Esperamos de nuestros líderes que crean que lo que el Señor ha dicho se cumplirá y nos indiquen el camino.
Y del resto de nosotros que decir, ¿nos estamos comportando a la altura de la investidura que tenemos en Cristo?, es decir, estamos sujetos, somos, personas aportadoras, no tan solo de nuestra oración,, sino que de nuestro sustento, amor y servicio a estos hombres levantados por Dios para la obra del Reino. Debemos dejar de quejarnos sino que accionar correctamente a favor de la Gloria de Dios y su propósito, dejemos la comodidad de pensar que ya hemos hecho lo suficiente. Si pensamos así, según mi parecer, se produce un estancamiento en nuestra vida, en la que las aguas del espíritu, el rio de Dios, lo “trabajamos” o por lo menos pretendemos hacerlo, para encerrarlo entre paredes, entre vallados, creyendo de esa forma mantendremos la gloria de Dios entre nosotros, pero lo único que logramos, al igual que el maná guardado en el desierto es la de tener aguas estancadas, en descomposición, sin movimiento ni vida, en la que la presencia y la gloria del Señor nos acompaña por algún tiempo pero tarde o temprano dejará de estar presente.
Es así como la invitación del Señor a nosotros es, a vivir como hijos de Dios coherederos con Cristo si es que padecemos juntamente con El Romanos 8:17
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con El .
Es así como seremos glorificados con él, es el amoroso Espíritu Santo el que revela a nuestro espíritu que somos hijos de Dios (Romanos 8:15), es así como en este tiempo el Espíritu Santo nos ha estado impulsando a buscar más de Él, a revelarnos esta profunda verdad. El punto a reflexionar es a que se refiere con más de Él (trataremos de ir clarificando).
Debemos actuar como una Iglesia de Gloria y de Poder.
Esto según mi parecer tiene dos ámbitos de acción, una personal que nos atañe como a individuos y otra colectiva que tiene que ver con mi unión y relación con otros.
1.- Acción personal, como individuos.
Dentro de nuestra predestinación, llamado, justificación y glorificación, conceptos que aparecen en el libro de romanos, se puede decir que esta es la esencia de nuestra vida en Cristo esto en relación al proceso que lleva a cabo para el cumplimiento de su propósito en nosotros y por ende en su Iglesia.
Dios nos conocía desde siempre, como aparece en Efesios 1:4, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor.
Antes de reconocer su llamado, entender su Amor y abrazar su propósito vivíamos sin Dios, como bien nos parecía, haciendo lo que queríamos sin paz, ni quietud, sin esperanza, cegados, una vida de apariencia, lejos de Dios. Pero El ya nos conocía, ya había dado un predestino a nuestras vidas y en muchas ocasiones, aún sin saberlo nosotros, operó a nuestro favor (hay muchos testimonios de sanidades del alma en la que el Señor nos revela que justo en ese momento difícil, amargo y golpeador que nos marcó, el estuvo con nosotros ya sea enviando ángeles a protegernos o consolándonos, guardándonos por el Espíritu Santo o cambiando las situaciones para nuestra protección. Esto es tremendo cuando se nos revela).
Es en la cruz del calvario en donde Jesús, en su acto de redención, tomo mi lugar por Amor, me lavo con su sangre y me vistió de su salvación. Me bendijo, nos bendijo, con toda bendición espiritual en los lugares celestiales Efesios 1:3, nos escogió desde antes de la fundación del mundo para que seamos santos y sin mancha delante de Él Efesios 1:4. Fuimos adoptados Santos, dándonos la condición de hijos legales en donde el primogénito de muchos hermanos es Jesús mismo. Creados para la alabanza de su gracia; en El también recibimos herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que realiza todas las cosas conforme al consejo de su voluntad Efesios 1:11, fuimos además sellados con él Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria Efesios 1:13-14. Así como lo ruega Pablo por los hermanos de Éfeso.
17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; 18 que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos 19 y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa.20 Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales.
Así debemos rogar continuamente al Padre, pues entender claramente el gran poder que operó en nosotros transformándonos, dándonos una victoria definitiva contra el pecado, esa fuerza que actuó sobre nosotros al bautizarnos, al sumergirnos en las aguas bautismales y levantarnos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo es no tan sólo un recordatorio de la muerte y resurrección de Cristo al decir en Efesios 2:4-10 es una invitación a compartirla.
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, 5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! 6 Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, 7 para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras, para que nadie se *jacte. 10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Extracto de Libro ¿Somos una Iglesia de Gloria y Poder? M. Stöckle 2016
Debemos detenernos un momento aquí, si justo aquí…Podemos (y es una invitación) poner esta verdad en primera persona, como una confesión que nace de nuestro corazón, puedes poner tu nombre en ella, en la parte punteada y llenarte de su verdad.
Yo ………...... estando perdido en delitos y pecados, lejos de Dios, fui escogido desde antes de la fundación del mundo, predestinado por su gracia, y puedo decir junto con el Salmista.
…No estaba oculto de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos. ¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!…
Salmo 139:16
Tú en tu inmenso Amor me diste a tu Hijo amado para que pagara por mí la deuda de muerte que por el pecado me condenaba, y estando muerto en delitos y pecados me regalaste la vida de tu hijo el cual me hizo pasar de muerte a vida por su sobreabundante gracia.
Me miraste a los ojos y me dijiste, …………..... Adoptado(a) eres por mi Padre, con todos los derechos y privilegios, así que desde este momento eres hechura mía, creado(a) en mi para que hagas buenas obras, compartirás mi victoria, te sentaras conmigo en los lugares celestiales, ………....... ya tu perteneces a mi Reino pues antes estabas lejos, pero ahora has sido acercado(a) por medio de mi sangre ya no eres extranjero(a) ni forastero(a) sino conciudadano(a) de los santos y eres miembro de la familia de Dios, recibe del Espíritu Santo el te guiará, consolará, enseñará, te capacitará, te dará la revelación de todas las cosas, llénate todos los días de su presencia y haciendo eso serás revestido(a) de poder, amor y dominio propio. Por medio de su presencia vas a poder servir a otros, manifestando el poder, la revelación y el amor de Dios a los que están perdidos y son hijos de la promesa. Ocúpate del servicio, amor y consuelo hacia tus hermanos y hermanas, relaciónate con él Espíritu Santo y serás transformado(a), recuerda que en la debilidad El es tu fuerza y aun intercede por ti con gemidos indecibles...
Que mas podemos pedir, si Él nos dio todas las cosas, nos hizo victoriosos. Lavo con su sangre nuestros pecados, dándonos una nueva ciudadanía, que es ser santos y sin mancha delante de su gloria. Y además nos presenta como dice en Judas “con gran alegría” delante de su Gloria Judas 1:24-25.
Ufff.. la verdad me cuesta dimensionar lo que todo esto significa pero, lo creo, y lo vivo, lo disfruto intensamente y en la medida que lo entiendo también lo comparto con otros.
En primera de Pedro nos dice nuestro querido hermano, por revelación, que somos un pueblo escogido, el dice: 1Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Es decir tenemos una nueva ciudadanía pueblo adquirido, una identidad celestial y pienso, razono, no tengo que esforzarme en serlo, si en verdad estoy en Cristo, debo vivir como tal, es el mismo Espíritu Santo (como ya lo vimos) que le dice a mi espíritu que soy hijo, no debo estar convenciendo a nadie, solo ubicarme en el lugar correcto. A todos nos emocionó, estremeció en mayor o menor medida el escuchar el himno patrio chileno coreado a “capella” por todo un
estadio en la copa del mundo en Brasil 2014, lo vivimos, ese momento, con un orgullo patrio enorme, nadie que siendo chileno al escuchar y ver esa manifestación de patriotismo no se sintió conmovido. Ese sentido de pertenencia que subió a nuestro corazón y mente nos hizo reaccionar hasta casi las lágrimas, nadie tuvo que convencerse de que era chileno para vivir ese momento. Ahora para otro, que tenía otra nacionalidad, el ser testigo de este momento solo le causo admiración o temor pero nada más, había que ser chileno para vivenciarlo en forma correcta.
Más aun nosotros que somos adoptados hijos, coherederos con Cristo de su Gloria, no necesitamos convencernos, humanamente hablando, de esto para disfrutarlo, solo debemos vivirlo por la fe, accionar con la convicción de que lo que no vemos es. La revelación de que somos más que vencedores comienza con este sentido de pertenencia que nos es revelada por el Espíritu Santo.
Ahora si dudas de esto, si no te sientes digno, si necesitas mas revelación, pide al Señor orando que venga revelación de salvación a tu vida y el Señor que es rico en misericordias escuchará y concederá el deseo de tu corazón y podremos decir junto a los millones de hijos e hijas repartidos por la tierra que si vivimos para el Señor vivimos y si morimos para el Señor morimos, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos, Aleluya!!.
Romanos 8:28-39
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? Como está escrito:
«Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
somos contados como ovejas de matadero.»
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Esta proclama dada por el Apóstol a los hermanos de Roma es una de los pilares fundamentales, según mi parecer, de lo que significa vivir en victoria, de vivir de gloria en gloria y nos define frente a todo que nos rodea, sea humano, angélico, sistemas de gobierno, filosofías, religiones y también y principalmente, ante los enemigos de Dios. Esta es nuestra identidad hijos de Dios por adopción, siervos del Señor para mostrar a otros las virtudes del que nos saco de las tinieblas a su luz, discípulos para hacer lo que Jesús hizo viviendo para la Gloria de Dios. Esta declaración que se ha venido a llamar “Más que vencedores” en la biblia, escrito de esa forma no deja duda, pues no hay palabra en la tierra que pueda definir una victoria tan contundente y definitiva que disfrutan los que tiene la revelación de ella, es además nuestra acta de nacimiento que nos define como lo que somos hijos, siervos y discípulos del Señor. Aleluya!!!!.
Quien puede ir en contra de alguien revestido de tal victoria, pasemos lo que pasemos, vivamos lo que vivamos si estamos bajo el Señorío de Cristo Él nos hace más que victoriosos, no significa que no pasaremos situaciones difíciles, que no sufriremos, ni que incluso podamos hasta perder la vida, pero los hombres y mujeres que viven llenos de esta verdad tienen vida eterna, no morirán jamás. Debemos pedir al Espíritu Santo todos los días revelación de esta verdad para vivirla intensamente.
DEFINICION DE ALGUNOS CONCEPTOS CONTENIDOS EN ESTA PALABRA
Conocidos y predestinados, lo creemos, lo agradecemos, no tiene medida el saber que Dios nos conoce desde antes de la fundación del mundo y nos dio un destino definido, SER UN HIJO DE EL semejante a su Hijo Jesús el primogénito.
Llamados. El salió a nuestro encuentro cuando ya no había esperanza, nos llamo por nuestro nombre, puso las circunstancias necesarias para traernos a su Reino, apelo a nuestra voluntad para que abrazáramos la cruz y nos convirtiéramos de nuestros malos caminos, Él salió a nuestro encuentro con su Amor profundo y eterno para nuestra propia salvación.
Justificados. Bendita sangre de Cristo vertida en la cruz por mí, en un acto de redención, de vindicación tan inmensa y definitiva que cambio para siempre el futuro de la humanidad y también mi vida, pagando el precio del pecado con su muerte, anulando el acta de decretos que había en nuestra contra, clavándolas en la cruz, dándome libertad, no solo a mi si no que a toda la humanidad, esto para siempre y en forma definitiva. Gloria al Señor!!
Glorificados al estar continuamente en comunión con el Señor por el Espíritu Santo, como sus hijos lavados por su sangre, salvos por su gracia es inevitable el ser tocado por su gloria así como Moisés cuando estuvo en el monte en la presencia de Jehová se puso un velo para tapar la gloria de Dios que se reflejaba en su cara, esto por causa del pecado del pueblo, más nosotros hoy, miramos a cara descubierto como en un espejo la Gloria del Señor y somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen. 2Corintios 2:12-18
El Señor nos comparte de su Gloria, la que nos acompaña todos los días, cuando buscamos su rostro, su Gloria nos llena, esta Gloria es visible a todo aquel que quiera ver, afectando nuestra vida y también nuestro entorno.
Un ejemplo de ser un glorificado esta mostrado en el Salmo1:1-3 este hombre en la que en la ley de Jehová esta su delicia será un árbol plantado junto a aguas, que da su fruto a su tiempo y cuya hoja no cae. Todo lo que hace prosperará.
Otro ejemplo de esto es el Salmo 91en la que en su comienzo dice:
“…el que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente…”
y para mí, es la clave para recibir y compartir de la Gloria del Señor guardada para sus hijos e hijas, es decir si yo me mantengo bajo su amparo como su hijo amado, sujeto a su Señorío, en continua comunión con Él, su gloria me acompañará, no tan solo protegiéndome sino que proyectándome en su Amor por su palabra, para el cumplimiento de su propósito, podemos entonces leer este salmo ya con otros ojos.
Compartiendo la Victoria de Cristo
La victoria de Jesús en la cruz del calvario fue definitiva, clara y suficiente y, esa victoria, El Señor la quiere compartir con nosotros, es decir, el me hizo más que vencedor en la cruz y si miras alrededor vas a encontrar muchos testimonios de esto hombres y mujeres con experiencias de victoria gloriosas y definitivas.
Algunas certezas
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Jesucristo fue hecho Señor. Cristo por su muerte en la cruz fue exaltado por el Padre hasta lo sumo y le fue dado un nombre por sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre como dice en Filipenses 2:9-11
2. Venció al maligno librando nuestras vidas de su dominio.
Colosenses 2:14-15
Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz. Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
3. Murió y resucito en la cruz en una acción de redención y justificación definitiva para toda la humanidad. Efesios2:12-16
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades (la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas), para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
4. Nos dio ejemplo de victoria
Efesios 1:19-23
y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
5. Habita en nuestros corazones
Jesús venció a satanás en tres dimensiones, en su vida, en su muerte y en su resurrección. Vemos en su experiencia en el desierto como resistió la tentación hecha por satanás dirigido a su cuerpo, su alma y su espíritu, venciendo con la palabra de verdad (Lucas 4:1-13), manteniendo su vida sin pecado. En la cruz, en su muerte yendo como el cordero de Dios a cumplir justicia, en un acto de redención eterna, tomando nuestro lugar, muriendo por nosotros por Amor, en su resurrección (Filipenses 2:5-11) , siendo Señor bajando al Seol y arrebatando las llaves de la muerte al que tenia el imperio de la muerte, aplastando su cabeza, venciendolo para siempre (Colosenses 2:12-15). El quiere que compartamos de su victoria.
Satanás, la serpiente antigua no ha desaparecido y nosotros como integrantes del cuerpo de Cristo no debemos ignorar sus maquinaciones, el es un engañador, tiene una red de influencia poderosa en las regiones celestes, como príncipe de este mundo tiene una experiencia de siglos en engañar, robar y destruir, tiene una organización, un esquema de funcionamiento muy organizada y efectiva.
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
El objetivo del enemigo es claro, el sabe que Jesús lo venció en la cruz definitivamente y que su fin esta ya establecido, el único objetivo que tiene, en este tiempo es la de estorbar la obra definitiva del Señor, de anular a la Iglesia con sus maquinaciones y de engañar aun a los escogidos de Dios para que no escuchen, disfruten y vivan la gloria del Reino de Dios. Su organización de Principados, gobernadores y potestades, además de huestes de maldad, no descansan, continuamente están accionando en contra del propósito de Dios y su cumplimiento. Hermanos no debemos ignorar esto.
1 Juan 2:15-16
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.
El enemigo usa su principal arma, el engaño, en tres niveles distintos. Con el incrédulo, con el cristiano carnal y con los creyentes maduros. No es objetivo de esta charla analizar cada uno de estos aspectos pero lo dejamos enunciado.
Pero volviendo a 1 Juan2:16 estos usos incorrectos del cuerpo (los deseos de la carne), del alma (los deseos de los ojos) y del espíritu (la vanagloria de la vida) Jesús las vivió cuando estuvo en la tierra de igual manera pero sin pecado.
Los deseos de la carne. Satanás obra y trata de explotar las 5 leyes básicas de nuestra naturaleza física (1) la ley de la auto conservación; (2) la ley de la adquisición; (3) la ley del mantenimiento; (4) la ley de propagación de sí mismo; (5)la ley de la autoafirmación. Leyes que nos rigen y que si no las tuviéramos no podríamos vivir correctamente. Estos “apetitos” de la carne fueron dados por Dios, Que si no la ponemos bajo su gobierno, nos afectarán y alejarán de El.
El objetivo del enemigo es que estén por sobre la autoridad y señorío de Dios no sujetas a su autoridad, se ha esmerado este enemigo de Dios a someter al hombre a su propia voluntad humana, contrario a la sumisión que debemos tener a Dios y entre nosotros, más bien el busca que nos sometamos a nuestros propios apetitos, que vivamos en el ámbito de los sentidos, centrados en lo nuestro.
Jesús como ejemplo pasó la prueba, el enemigo en el desierto lo probó:
En el campo de la carne
Lucas 4:2-4
por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.
Entonces el diablo le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús, respondiéndole, dijo:
—Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.”
En el campo de la mente la voluntad y las emociones que es el alma
Lucas 4:5-8
Luego lo llevó el diablo a un alto monte y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Le dijo el diablo:
—A ti te daré todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy.7 Si tú, postrado, me adoras, todos serán tuyos.
Respondiendo Jesús, le dijo:
—Vete de mí, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él servirás.”
Por último satanás tentó a Jesús en el espíritu
Lucas 4:9-11
9 Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues escrito está: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden”, y “En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.”
Respondiendo Jesús, le dijo:
—Dicho está: “No tentarás al Señor tu Dios.”
Cuando acabó toda tentación el diablo, se apartó de él por un tiempo.
Jesús le venció por la palabra y por su sujeción al Padre, actitud que hace toda la diferencia.
No es la idea definirnos como luchadores, guerreros en contra de satanás por el sólo hecho de que estamos en Cristo o participamos en alguna comunidad cristiana, es un error según mi opinión, en el Señor lo digo, darle protagonismo al enemigo poniéndolo en toda situación que rodea mi vida, buscando la forma como de “pillarlo” para reprenderlo, para derrotarlo. El ejemplo de Jesús en el desierto es muy aleccionadora en cuanto a como debe ser nuestra actitud frente a satanás y sus demonios.
En el versículo 14 de este mismo pasaje nos da luz acerca de esto.
..."Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Enseñaba en las sinagogas de ellos y era glorificado por todos"...
En el poder del Espíritu, su conocimiento de quien era (su identidad), su sujeción al Padre y su Amor por los que se pierden le dio todo lo que necesitaba para comenzar su ministerio y continuarlo es así como, en esa condición, las huestes del enemigo reaccionaban con pavor ante su sola presencia, dejando libres a los oprimidos y encarcelados, no quedándoles otra opción más que sujetarse y huir ante su palabra y presencia.
Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón,
a pregonar libertad a los cautivos
y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos
y a predicar el año agradable del Señor.»
Enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a decirles:
—Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Este mismo ministerio lo dejo a la Iglesia, El nos dejo ejemplo de cómo debemos hacerlo, no existe ninguna fórmula secreta en esto, que más necesitamos, si lo dejo claramente establecido con su ejemplo, por lo tanto ve y has tu lo mismo.
Es así como en este tiempo nos hemos desviado del camino, pues se han levantado muchos y muchas declarando y proclamando proféticamente verdades a medias, dando más importancia a la forma que al fondo. Enseñando y aplicando diferentes técnicas relacionadas con la acción de la Iglesia en este siglo, buscando, equivocadamente, más el artificio, lo rebuscado y lo efectista, parece como si la Iglesia debiera ser dirigida más por lo novedoso y diferente.
Buscando adaptarse a los nuevos tiempos pero transado principios, siendo dirigida más por publicistas de lo nuevo, por ejecutivos de mercadeo, economistas expertos en éxito, pastores que proclaman una verdad parcial, quedándose en la búsqueda de los dones del Espíritu Santo y dejando de lado los frutos, siendo inconsecuentes con sus estilos de vida y la verdad del Reino. No debemos dejarnos engañar por esto.
Jesús cuando comenzó su ministerio lo hizo sobre la base de su sujeción al Padre y su identidad.
Mateo 4:17
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!»
En definitiva hoy tenemos, por el ejemplo de Cristo, la forma de cómo ser victoriosos y efectivos en nuestra vida, en nuestra labor , en nuestra proyección y función, frente a los hombres, al enemigo y sus maquinaciones y frente a esta sociedad cada vez más corrompida y lejos de Dios.
Además decir que, para que se manifieste la Gloria de Dios en nosotros debemos estar Concientes de quienes somos, debemos estar sujetos a su Señorío, dando honor y gloria al que es por sobre todo.
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En Amor, llenos del Espíritu Santo el cual nos revela toda verdad, nos consuela, nos da poder, proveyéndonos lo necesario para vivir a Cristo.
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En continua oración, no dejando de leer la palabra, no dejando de proclamar las verdades del Reino de Dios, en continua comunión con El Señor y con los hermanos, siendo un instrumento de victoria frente a los que se pierden.
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En nuestro testimonio, nuestra palabra y nuestro servicio, nunca olvidando lo que somos, santos apartados para su Gloria y regocijo, no olvidando lo que tenemos en Cristo, siendo adoradores en espíritu y verdad.
Y esto ¿cuándo hacerlo?, en que momento, pues todos los días, desde que amanece hasta que anochece, debemos recordar que no somos la Iglesia del mañana sino la del hoy, no debemos vivir en el pasado añorando tiempos idos, no esperando pasivamente que venga en el futuro la respuesta o el cambio necesario, categóricamente, no, hoy tenemos la oportunidad de ser vencedores, el mañana traerá su propio tiempo, hoy es el momento de accionar para el Reino.
Y Que del enemigo de Dios, lo más probable es que reaccione, se manifieste, tenga alguna acción, en base a lo que sabe hacer pero, te aseguro será de derrota, desesperación y terror teniendo la misma expresión que frente a Jesús Marcos 5:7
…"Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de El; y gritando a gran voz, dijo: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes. Porque Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu inmundo".…
Y también la experiencia que tuvieron los 70 enviados.
..."Regresaron los setenta con gozo, diciendo:
—¡Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre!
Les dijo:
—Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
»Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.»
Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte:
—Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis, pues os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron"...
En definitiva y no me canso de repetirlo, debemos aprovechar bien el tiempo, que nuestra continua comunión con Dios nos impulse a vivir vidas de victoria y poder.
Santificándonos continuamente, en continua sujeción para bendición de otros y ser revestidos de la autoridad para actuar en nombre de Jesús, en oración e intercesión por todos los hombres.
Alabando y bendiciendo el nombre del Señor continuamente tanto individual como colectivamente, gozosos en el Espíritu, apartándonos del pecado, reprendiendo y exponiendo al enemigo y sus maquinaciones, accionando con fe frente a las circunstancias de la vida, estando atentos a accionar a favor de los escogidos con palabra, exhortación y servicio.
Compartiendo con el necesitado, atendiendo al viajero, alegres no quejándonos, listos para compartir la palabra con el que lo necesite, proclamando fe, viviendo intensamente el día que se nos ha dado como si fuera el último de nuestra vida, Concientes de lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Podemos decir con certeza absoluta que si vivimos así no habrá nada que impida que el Señor accione también a nuestro favor llenando nuestros templos (cuerpos) de su presencia y su Gloria, agregando a los que han de ser salvos, cambiando las circunstancias que nos son contrarias, llevándonos de gloria en gloria frente a esta gran nube de testigos que están esperando la manifestación de los hijos de Dios Romanos 8:19.
"Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios".
2 Corintios 4 Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios. Por el contrario, manifestando la verdad, nos recomendamos, delante de Dios, a toda conciencia humana. 3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 5 No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús,6 porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos, 11 pues nosotros, que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: «Creí, por lo cual hablé», nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. 14 Y sabemos que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15 Todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.
16 Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día,17 pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Qué lejos esta esto del evangelio de las ofertas y de la prosperidad que se predica hoy
Gloria al Señor por todo su Amor y misericordia con que nos ha revestido ALELUYA¡¡¡